La misa se celebró la tarde del domingo 15 de marzo. En ella Cardenal emérito de Madrid, que se encuentra de visita en Chile, bendijo el nuevo oratorio y dependencias del instituto. Integrantes y amigos del instituto secular participaron con gran alegría de la eucaristía.
La celebración eucarística fue presidida por el Cardenal español Antonio María Rouco y concelebrada por el Cardenal Ricardo Ezzati, Arzobispo de Santiago, en la casa Cruzadas de Santa María en donde reside un grupo de laicas consagradas pertenecientes a este carisma.
Al iniciar la santa misa, el Cardenal Antonio María Rouco procedió a bendecir el agua que luego esparció en el altar, en los muros del oratorio y entre los asistentes.
En su homilía el Cardenal Antonio Rouco recordó la búsqueda de nuevos horizontes de luz que marcaron su vida y la de muchos jóvenes en España, en la década de los años cincuenta y sesenta, destacando además el testimonio del Padre Tomás Morales fundador de las Cruzadas de Santa María.
“En ese ambiente, la búsqueda de un horizonte de luz era parte sustancial de los jóvenes y la buscábamos en donde podíamos encontrarla; en la iglesia, en su historia y en la iglesia del presente que se disponía a celebrar el Concilio Vaticano II, un hecho que invitaba a ofrecer la luz del evangelio para una nueva época de la historia. En esa búsqueda hay grandes figuras de la Iglesia como el Padre Tomas Morales que buscaba esa luz de Cristo y que sabía lo que Dios le estaba pidiendo, ser apóstol de los jóvenes, de esa historia surge un camino de vida consagrada que encuentra en forma de comunidad y que invita a hacer de los jóvenes apóstoles de la luz de Cristo”, señaló el cardenal emérito de Madrid.
El Cardenal Antonio Rouco valoró además el apoyo de tantos obispos a los distintos carismas presentes dentro de la Iglesia, “para que esa experiencia de comunión de la iglesia se haga misionera y los jóvenes encuentren el camino de la luz de Cristo. A la virgen del Carmen le encomendamos este nuevo oratorio centro y corazón de esta casa para que la luz de Cristo brille aquí y en Santiago de Chile”.
Tras la homilía representantes de las Cruzadas de Santa María revistieron el altar con un mantel y dos cirios, como signos de luz y fe.
El Cardenal Ricardo Ezzati agradeció la presencia del Cardenal Rouco a quien saludó afectuosamente. “Muchas gracias por acompañarnos en esta bendición de la capilla y del altar, ha sido un gesto muy fraterno con la iglesia de Santiago y con las hermanas Cruzadas de Santa María. Siga orando por nosotros para que en esta realidad, a veces difícil, podamos ser auténticos testigos de Jesucristo haciéndonos cada vez más discípulos misioneros suyos y pasando nuestra vocación por el corazón materno de la Virgen del Carmen”, expresó.
Lydia Jiménez, Directora General de la Cruzada de Santa María también valoró la presencia del Cardenal Ricardo Ezzati y del Cardenal Antonio Rouco. “Contar con su presencia es un refrendo a lo que queremos hacer que es estar vinculadas a la iglesia y poner en el centro la presencia viva de Dios”.
Fuente: Comunicaciones Santiago
www.iglesiadesantiago.cl
La celebración eucarística fue presidida por el Cardenal español Antonio María Rouco y concelebrada por el Cardenal Ricardo Ezzati, Arzobispo de Santiago, en la casa Cruzadas de Santa María en donde reside un grupo de laicas consagradas pertenecientes a este carisma.
Al iniciar la santa misa, el Cardenal Antonio María Rouco procedió a bendecir el agua que luego esparció en el altar, en los muros del oratorio y entre los asistentes.
En su homilía el Cardenal Antonio Rouco recordó la búsqueda de nuevos horizontes de luz que marcaron su vida y la de muchos jóvenes en España, en la década de los años cincuenta y sesenta, destacando además el testimonio del Padre Tomás Morales fundador de las Cruzadas de Santa María.
“En ese ambiente, la búsqueda de un horizonte de luz era parte sustancial de los jóvenes y la buscábamos en donde podíamos encontrarla; en la iglesia, en su historia y en la iglesia del presente que se disponía a celebrar el Concilio Vaticano II, un hecho que invitaba a ofrecer la luz del evangelio para una nueva época de la historia. En esa búsqueda hay grandes figuras de la Iglesia como el Padre Tomas Morales que buscaba esa luz de Cristo y que sabía lo que Dios le estaba pidiendo, ser apóstol de los jóvenes, de esa historia surge un camino de vida consagrada que encuentra en forma de comunidad y que invita a hacer de los jóvenes apóstoles de la luz de Cristo”, señaló el cardenal emérito de Madrid.
El Cardenal Antonio Rouco valoró además el apoyo de tantos obispos a los distintos carismas presentes dentro de la Iglesia, “para que esa experiencia de comunión de la iglesia se haga misionera y los jóvenes encuentren el camino de la luz de Cristo. A la virgen del Carmen le encomendamos este nuevo oratorio centro y corazón de esta casa para que la luz de Cristo brille aquí y en Santiago de Chile”.
Tras la homilía representantes de las Cruzadas de Santa María revistieron el altar con un mantel y dos cirios, como signos de luz y fe.
El Cardenal Ricardo Ezzati agradeció la presencia del Cardenal Rouco a quien saludó afectuosamente. “Muchas gracias por acompañarnos en esta bendición de la capilla y del altar, ha sido un gesto muy fraterno con la iglesia de Santiago y con las hermanas Cruzadas de Santa María. Siga orando por nosotros para que en esta realidad, a veces difícil, podamos ser auténticos testigos de Jesucristo haciéndonos cada vez más discípulos misioneros suyos y pasando nuestra vocación por el corazón materno de la Virgen del Carmen”, expresó.
Lydia Jiménez, Directora General de la Cruzada de Santa María también valoró la presencia del Cardenal Ricardo Ezzati y del Cardenal Antonio Rouco. “Contar con su presencia es un refrendo a lo que queremos hacer que es estar vinculadas a la iglesia y poner en el centro la presencia viva de Dios”.
Fuente: Comunicaciones Santiago
www.iglesiadesantiago.cl